martes, 28 de octubre de 2014

1.5 - Jesús del Riego Ruiz

En la película "Un paseo para recordar" nos encontramos, en primer lugar el valor de la amistad. Este valor nos permite tener personas en las que confiar, y que, a la vez confíen fuertemente en nosotros. Al comienzo de la película queda claramente reflejado el daño que se puede hacer faltando a este valor. La amistad está estrechamente relacionada con otro valor fundamental; el amor. El amor nos permite sentirnos vinculados a otras personas, y existe en casi todas las relaciones humanas. La mayor expresión del amor es lo que hacemos ante una persona amada que se encuentra en dificultad (como dice Jesucristo, nadie ama más que el que da la vida por sus amigos). Esta expresión del amor mediante el sacrificio la encontramos en la actitud del protagonista ante su novia, sobre todo cuando ella cayó enferma (él permaneció a su lado y le construyó un telescopio para que pudiese observar el cometa que tanto ansiaba ver). El amor también lo vemos en la actitud del padre del protagonista, quien enviaba dinero a su hijo y a su ex mujer, pese a estar separados y a que su hijo no lo valoraba, e intentaba continuamente restaurar su relación con su hijo con una perseverancia impresionante. La máxima expresión del amor por su hijo la vemos cuando paga el tratamiento médico de su novia.

Aquí, el amor entra dentro del valor de la familia, y en la película podemos ver el daño que hace que una familia, como la del protagonista, se rompa. Las familias son la base de toda sociedad desarrollada. La familia es la primera comunidad en la que participa un niño, y donde se recibe su primera educación; y entre sus funciones se encuentra la de ayudar a sus miembros cuando se encuentran en situaciones difíciles.

Esta película nos muestra también el valor de la honradez. En su comienzo podemos ver lo que le duele al amigo que es traicionado, esa traición por parte de una persona en la que confiaba.

Tras participar en esa traición, el protagonista se encuentra con la oportunidad que le da el director de su colegio de empezar de nuevo, tras decirle que nadie de los que podían denunciarle iba a hacerlo. Y aquí podemos ver el perdón, si el cual el mundo sería un infierno y la humanidad se habría extinguido hace ya mucho tiempo. Perdonar (olvidar), y saber reconocer los errores propios es fundamental para que una sociedad avance.

Y en toda la película podemos ver el valor de la fe. Cuando nos falla todo en este mundo, la fe y el Amor de Dios evitan que nos derrumbemos, o nos ayudan a levantarnos si lo hemos hecho. La fe (que Dios nos concede por amor) es el don que mejor debemos guardar. La fe es como los faros de un coche, que nos permiten ver los carteles y encontrar el camino correcto (en el camino de la vida, esos "carteles" solo se pueden ver con el corazón; por eso, la fe nos permite ver lo que no podemos ver con nuestros ojos). De la fe surge la esperanza (de que hay una meta); por la fe somos partícipes del Amor de Dios, del que aprendemos lo que es el amor auténtico, y del amor auténtico surge la caridad. Si no hay caridad, no hay amor auténtico. Y de aquí surgen todos los demás valores. Podemos decir que la base de todo es el amor (Como dijo San Pablo; si no tenemos amor, no somos nada).

Estos valores guían el sentido de nuestra existencia, y determinan nuestra forma de ser y de actuar. Por eso creo que es importante conocerlos, valorarlos y cultivarnos en nuestras vidas. La actual crisis que tenemos, más que una crisis económica, es una crisis de valores, como ya se ha dicho muchas veces. A medida que va avanzando la crisis estamos viendo que detrás de ella, hay una gravísima falta de amor (el que, según yo opino, es la base y el primero de todos los valores). Si falta el amor, que es la base; se cae el edificio entero. Cada vez los ricos son más ricos, las clases medias están desapareciendo y cada vez hay más pobres. Las condiciones de trabajo son cada vez peores. Y todo esto se debe a un terrible egocentrismo y falta de caridad por parte de una parte de la población (en la que, tristemente, se encuentra una gran parte de nuestros gobernantes), de la que todos corremos el riesgo de formar parte. Los múltiples casos de corrupción, y la actitud de distintos gobiernos ante los problemas de la actualidad (como por ejemplo, la del Gobierno de España ante la Ley del Aborto) evidencian esta falta de valores. Y esto son solo pequeños ejemplos.

Y los valores determinan el sentido de nuestras vidas. Hay personas que cultivan la riqueza, y viven para el dinero. Otras personas miran más hacia su apariencia, y su objetivo en la vida es ser bien visto. Si valoramos la fe, la esperanza y el amor (con todos los valores que se cimientan en estos tres); entonces vivimos para Dios (y, al mismo tiempo para los demás). A cada uno nos toca encontrar y elegir el sentido de nuestras vidas, según los valores que cultivemos.